De nacionalidad española y neerlandesa, Susana trae consigo una vasta experiencia en el ámbito consular. Ha vivido en distintos países como España, Bolivia, Paraguay y, durante 24 años, en los Países Bajos. Con una sólida trayectoria, Susana trabajó previamente en el Consulado de Chile en Ámsterdam, experiencia que ahora resulta invaluable para asistir tanto a ciudadanos neerlandeses como chilenos con solicitudes de pasaportes y visados. Desde agosto del año pasado, vive en Santiago de Chile, donde disfruta pasear con su perrita Milana, una energética compañera de un año y cuatro meses.

Sobre sus primeras semanas en el consulado de la embajada neerlandesa: "Trabajar en la Embajada de los Países Bajos en Chile es un lujo para mí. Los Países Bajos tienen un significado especial en mi vida; hay mucha nostalgia y es como un sueño hecho realidad. Si bien la base del trabajo consular es similar, su ejecución varía mucho entre el Consulado de Chile en Ámsterdam y la Embajada aquí en Chile. Todavía estoy procesando toda la información nueva que debo manejar en tan poco tiempo.”

Lo que más le atrae del trabajo consular: "Me encanta atender al público. Cada persona es un mundo y disfruto muchísimo de la interacción. Quizás por eso estoy combinando mi carrera de trabajadora social con mi segundo año de licenciatura en psicología. Ambas disciplinas enriquecen mi labor."

Algo que ha notado diferente: "Aunque llevo poco tiempo, he podido observar la consideración que el empleador tiene hacia los empleados. Organizan actividades grupales, lo que marca una gran diferencia."

Graduada en Interpretación por la Universidad de Los Andes, en Mérida, Venezuela, Ramsil siempre ha estado motivada por el aprendizaje y la enseñanza de idiomas y culturas. Habla inglés, español e italiano con fluidez, idioma que perfeccionó en la región italiana de Umbría. Residente en Chile desde hace ocho años, ha trabajado en atención al cliente en el Aeropuerto de Santiago y en el sector inmobiliario, perfeccionando procesos para optimizar tiempos y responsabilidades. Además, Ramsil es una apasionada por la enseñanza de idiomas, madre de un niño de 4 años y entusiasta de la actividad física al aire libre. Desde correr medias maratones hasta organizar picnics o recorrer los cerros de Santiago, busca siempre conectar con la naturaleza.

Sobre sus primeras semanas en la embajada: "Desde el primer momento, he sentido el concepto distintivo de esta embajada. La forma de trabajar aquí es diferente a lo que había experimentado antes. Me gusta cómo comunican de manera clara las responsabilidades sin supervisión constante. Es un ambiente donde el desafío de uno se convierte en el desafío de todos. La disposición para ayudar y colaborar es maravillosa."

Lo que más le atrae de su rol: "Pienso tanto en lo que puedo aportar como en lo que puedo aprender. Siento que tengo las capacidades para desempeñarme como asistente de gestión y, al mismo tiempo, estoy fascinada por aprender más sobre el trabajo diplomático. Un reto personal para este 2025 es aprender neerlandés, y aunque dicen que es complicado, me gustan los desafíos."

Algo que ha encontrado diferente: "Las diferencias culturales son muy interesantes. Por ejemplo, aquí en la embajada, el cumpleañero debe traer su propia torta y servirla a los demás, algo muy diferente a lo que estoy acostumbrada. Sin embargo, es especial conocer estas tradiciones."