La residencia del embajador de los Países Bajos en Madrid

Los Países Bajos y España mantienen relaciones diplomáticas desde hace siglos. En 1656, la República de los Siete Países Bajos Unidos envió a Madrid a su primer representante diplomático en España.
La residencia del embajador actual del Reino de los Países Bajos en Madrid posee una historia interesante. Se encuentra en la Calle Isla de Oza, situada en el barrio de Puerta de Hierro en Madrid.

La residencia

Exterior de la residencia en Madrid. ©Eline van Nes

El terreno de la residencia fue comprado en 1964 por un noble español y su esposa. Ellos construyeron lo que ahora es la residencia neerlandesa. Vivieron allí con sus cinco hijos.
Más adelante, durante un año y medio, la alquilaron al Estado argentino, para su embajador, Jorge Rojas Silveyra, quien residió allí temporalmente.

Durante esta época, el cuerpo embalsamado de Evita Perón, después de viajar por medio mundo, pasó por la capilla de la residencia. También destacable el hecho de que el famoso director de cine Orson Welles y su perro visitaban frecuentemente la residencia, alquilando la piscina del jardín de los propietarios anteriores.

El Estado neerlandés compró la propiedad en enero de 1972, siendo entonces embajador el barón Lewe van Aduard quien firmó la transacción en nombre del Reino.

La renovación

El salón de la residencia ©EvN 

La decisión de comprar en los años setenta del siglo pasado la propiedad en la Calle Isla de Oza se tomó con cierta prisa, debido a que otras embajadas también estaban interesadas. Más tarde, se descubrió que el edificio no estaba en muy buenas condiciones.

En el año 2023 la residencia fue exquisitamente renovada. Se reformó todo el interior y el departamento de Arte del Ministerio de Asuntos Exteriores seleccionó para decorarla una colección especial de objetos de arte que se ajustaba a este nuevo estilo. La residencia es como un oasis en la bulliciosa ciudad de Madrid.

Contrastes

El faro de Scheveningen, Hendrik Willem Mesdag. ©EvN

La colección de arte presente en la residencia ofrece una representación ecléctica de los lazos culturales e históricos entre Países Bajos y España. Pone el acento sobre las excelentes relaciones entre ambos países, y relata una historia compartida. A su vez, la colección perfila a los Países Bajos como un país que abraza culturas diversas.

Se trata de una selección de obras que abarca desde el siglo XVI hasta nuestros días. Esto da lugar a veces a interesantes contrastes. Por ejemplo, en el salón se exhiben dos escenas de patinaje de diferentes épocas contrapuestas.

Luz de la luna

Retrato oficial del Rey Guillermo Alejandro, Erwin Olaf © EvN
En la entrada también se encuentran el pasado y el presente. Allí podemos contemplar el retrato del rey Guillermo Alejandro, obra de Erwin Olaf, encontrando la mirada de su antepasado Guillermo de Orange. Varias ciudades neerlandesas están representadas en la residencia. En el vestíbulo, por ejemplo, se muestra un cuadro de Utrecht de Janneke Viegers. La Haya está representada por El faro de Scheveningen, en el que H.W. Mesdag da vida de manera espectacular al faro y a la luz de la luna.

Un hogar

Donnie Darko, Joost van den Toorn ©EvN

La residencia en la calle de la Isla de Oza no es sólo un lugar donde se lleva a cabo la diplomacia y se recibe a invitados importantes, sino también, por supuesto, el lugar donde los embajadores y sus parejas, hijos y mascotas encuentran temporalmente su hogar.

Hasta ahora quince embajadores neerlandeses han vivido en la residencia.